Entradas populares

jueves, 13 de septiembre de 2012

Causas probables de las piedras en la vesícula y el hígado


ALGUNAS CAUSAS DE LA APARICIÓN DE CÁLCULOS BILIARES

La bilis consiste de agua, mucosa, pigmentos biliares (bilirrubina), sales biliares y colesterol, así como enzimas y bacteria esencial y benigna. Este líquido verdoso es producido por células hepáticas que la pasan por pequeños canales conocidos como canalículos biliares. Estos se unen para formar canales más grandes los cuáles a su vez conectan los conductos hepáticos derecho e izquierdo. Los dos conductos hepáticos se unen para formar el conducto biliar común el cual drena la bilis del hígado y suministra la vesícula con la correcta cantidad de bilis para una correcta digestión.


Cualquier cambio en la composición de la bilis afecta la solubilidad de sus componentes y, por lo tanto, provoca la formación de cálculos biliares. Para hacerlo más simple, he clasificado a los cálculos biliares en dos tipos básicos: piedras de colesterol o pigmentos. Algunas piedras de colesterol están compuestas de por lo menos un 60% de colesterol y tienen un color amarillento. Otras tienen un color verde guisante y son generalmente suaves, como la arcilla (éstas pueden estar compuestas de por lo menos un 95% de colesterol). Las piedras de pigmentos son de color negro o café, de acuerdo a su alto contenido de pigmento de color (bilirrubina). Pueden estar calcificadas, siendo más duras y sólidas que las piedras de colesterol.

Sin embargo, las piedras de colesterol también pueden calcificarse y endurecerse. Las piedras calcificadas sólo pueden encontrarse en la vesícula.

La composición anormal de la bilis puede producirse de varias maneras. El colesterol se mantiene normalmente en forma líquida a través de la acción disolvente de las sales biliares y, por supuesto, la disponibilidad de cantidades suficientes de agua. Un incremento en la cantidad de colesterol en la bilis, vence la capacidad de disolución de las sales biliares, por lo tanto, promueve la creación de piedras de colesterol.

De igual manera, una disminución en la cantidad de sales biliares también conlleva a la formación de piedras de colesterol. La ingesta insuficiente de agua disminuye la fluidez de la bilis. Si esto ocurre, el colesterol no puede disolverse correctamente; reconstituyéndose en pequeñas piedras o guijarros de colesterol. Con el tiempo, estas pequeñas piedras gradualmente se convierten en grandes piedras.

Las piedras de pigmento se forman cuando el pigmento de la bilis, la bilirrubina, la cual es un producto de desecho resultado de procesar los glóbulos rojos, se incrementa en la bilis. Las personas con grandes cantidades de piedras de colesterol en el hígado sufren el riesgo de desarrollar cirrosis hepática, anemia de células falciformes y otras enfermedades sanguíneas. Cualquiera de estas complicaciones puede producir mayores concentraciones de pigmento de bilirrubina en la bilis, de ahí la formación de piedras de bilirrubina en la vesícula. Cuando la composición de la bilis en el hígado no esta equilibrada, pequeños cristales de colesterol comienzan a combinarse con otros componentes de la bilis para formar pequeños coágulos. Estos pequeños coágulos obstruyen los aún más pequeños canalículos biliares. Esto disminuye aún más el flujo de bilis, e incrementa la cantidad de bilis en los coágulos. Eventualmente, estos coágulos llegan a un tamaño suficientemente grande como para ser llamados piedras. Algunas de estas piedras pueden pasar hacia los conductos biliares más grandes y agruparse con otras piedras, o crecer aún más. El resultado es que el flujo de la bilis se obstruye también en los conductos biliares más grandes. Toda vez que varios de los conductos biliares más grandes están congestionados, cientos de los conductos más pequeños también se ven afectados, provocando la creación de un círculo vicioso. Eventualmente, hasta los conductos hepáticos comienzan a obstruirse, reduciendo dramáticamente la cantidad de bilis disponible para los procesos digestivos.

Las cuatro categorías siguientes dan más información sobre los factores comunes responsables de la formación de cálculos biliares:

    1. La Dieta

El comer de más

Los errores en la dieta posiblemente juegan el principal papel en la producción desequilibrada de bilis y por lo tanto, de cálculos biliares. Dentro de todos los errores de la dieta, el comer en exceso afecta la salud con mayor severidad. El regularmente ingerir demasiada comida o comer con mayor frecuencia que lo requerido por el cuerpo para su nutrición y sostenimiento, provoca que los jugos gástricos (incluyendo la bilis) cada vez se agoten con mayor facilidad. Esto permite que una gran proporción de las comidas ingeridas no se digieran, convirtiéndose, por lo tanto, en una fuente constante de actividad microbiana dañina. Subsecuentemente, más y más sustancias tóxicas comienzan a alojarse en el tracto intestinal, resultando en la congestión del sistema linfático y el engrosamiento de la sangre. Todo esto representa una sobrecarga del hígado y las funciones excretoras.

Las enfermedades intestinales pueden agotar las sales biliares del cuerpo y, por lo tanto, influyen en la formación de cálculos biliares. Esto es más notorio en el alto riesgo de formación de cálculos biliares entre los pacientes que sufran la Enfermedad de Crohn y otras formas del Síndrome del Intestino Irritable. Un desequilibrio sanguíneo y linfático, causado por comer en exceso, conduce a un flujo sanguíneo disminuido en los lóbulos del hígado, alterando la composición de la bilis y generando cálculos biliares. Los cálculos biliares en el hígado incrementan la congestión de la sangre y la linfa, alterando el metabolismo básico del cuerpo. Entre más se coma en exceso, menores serán los nutrientes que estén disponibles para las células del cuerpo. De hecho, el constantemente comer en exceso resulta en inanición celular, lo que crea el deseo urgente de comer más de lo normal. El constante deseo de comer bocadillos, es una señal de una desnutrición persistente y un desequilibrio metabólico. Pero sobre todo, indica una actividad hepática desequilibrada y la presencia de cálculos biliares.

Comer hasta la saciedad o hasta cuando ya no se pueda ingerir más comida es una clara señal de que el estómago ha llegado a una etapa disfuncional. Los jugos gástricos en el estómago solo pueden mezclarse con la comida ingerida mientras se mantenga una cuarta parte del estómago vacío. Dos puñados de comida equivalen a tres cuartas partes del tamaño del estómago, lo que representa la máxima cantidad de comida que el estómago puede procesar en cualquier momento. Por lo tanto, lo mejor es dejar de comer mientras aún se tenga una poca de hambre. El levantarse de la mesa con una poca de hambre mejora las funciones digestivas y previene la formación de cálculos biliares y el desarrollo de enfermedades en el futuro.

El comer entre comidas

Los hábitos alimenticios irregulares, incluyendo el comer entre comidas, generalmente altera los finamente sintonizados ritmos biológicos del cuerpo. La mayoría de las secreciones hormonales importantes del despertar. La promoción de bilis y jugos gástricos, por ejemplo –necesarios para reducir las comidas a sus básicos componentes nutricionales-, llegan a su punto máximo de manera natural alrededor del mediodía. Esto sugiere que la comida más grande debe hacerse alrededor de esta hora. Por el contrario, la capacidad digestiva del cuerpo es considerablemente menor durante la mañana y la noche. Si, día tras día, su almuerzo consiste solamente de comidas ligeras, la vesícula no podrá arrojar todo su contenido hacia los intestinos, resguardando suficiente bilis para formar cálculos normales. Recuerde que la vesícula está programada naturalmente para emitir la mayor cantidad de bilis durante el mediodía.

Además, el solamente comer alimentos no sustanciosos durante el almuerzo resultan deficiencias nutricionales, frecuentemente expresadas a través del deseo de ingerir comidas o bebidas que prometen un rápido empuje energético. Estos incluyen los dulces, pasteles, panes y pastas hechos de harina blanca (los almidones actúan como azúcar blanca), chocolate, café, té negro, refrescos de cola, etc. Con cada pequeño tentempié, la vesícula libera una poca de bilis. Sin embargo, la secreción de solamente una poca de bilis no es suficiente para completamente vaciar la vesícula, lo cual incrementa el riesgo de formación de cálculos biliares.

El tener la constante urgencia de comer entre comidas sugiere un desequilibrio más severo de las funciones metabólicas y digestivas. Si se decide comer algo una o dos horas después de una comida, por ejemplo, el estómago se ve obligado a abandonar los alimentos ingeridos previamente a la mitad de la digestión para poder procesar la comida ingerida recientemente. Los alimentos con mayor tiempo en el sistema comienzan a fermentarse y descomponerse, convirtiéndose con esto en una fuente de toxinas en el tracto digestivo. La comida recientemente ingerida, por el contrario, solamente recibe cantidades inapropiadas de jugos gástricos, provocando que sólo sea parcialmente digerida. Mientras el cuerpo se ocupa en digerir una comida, simplemente no puede producir y distribuir la suficiente cantidad de bilis y otros jugos gástricos para poder procesar una nueva ingesta. Si este proceso de avance y paro se repite varias veces, resultará en la generación constante de toxinas y la disminución de nutrientes. Ambas situaciones de estrés causan una reducción en las sales biliares y un incremento en la producción de colesterol. Por lo tanto, el cuerpo no tiene otra opción sino producir cálculos biliares.

Para salir de este círculo vicioso, conscientemente pase por las fases iniciales de los antojos de comidas. Sienta a su cuerpo manifestarle su incomodidad. Y preguntase qué es lo que realmente quiere. Si se le antoja algo dulce, intente sustituirlo por fruta. En muchas personas lo urgencia de comer es frecuentemente una señal de deshidratación. El tomar uno o dos vasos de agua puede hacer que la incomodidad desaparezca por completo. Al mismo tiempo, asegúrese de recibir una comida sustancial y nutritiva en el almuerzo. Con el tiempo, y en el caso de que haya limpiado completamente su hígado, su cuerpo recibirá suficientes nutrientes de esta comida principal para satisfacer casi todas sus necesidades nutricionales diarias. Esto efectivamente hará que los antojos y el deseo de comer entre comidas desaparezcan efectivamente.

El Comer Pesado en las Noches

Un problema alimenticio similar sucede cuando la principal comida del día se hace durante la noche. Las secreciones de bilis y enzimas digestivas se reducen dramáticamente conforme llega la noche, especialmente después de las 6PM. Por esta razón, una comida que consiste de alimentos como carne, pollo, pescado, queso, huevos, comidas aceitosas o fritas, etc. no puede ser digerida correctamente en este momento. En su defecto, tal comida se convierte en una fuente de desperdicio tóxico depositado en los intestinos.

Las comidas sin digerir siempre son una causa de congestión, primero en el tracto intestinal, y después en la linfa y la sangre. Esto afecta particularmente la calidad de la digestión durante las comidas del día.

Gradualmente, el poder digestivo, determinado por las secreciones equilibradas de ácido clorhídrico, bilis y enzimas digestivas, se minimiza, causando efectos secundarios similares a los resultantes del comer en exceso. Por lo tanto, el ingerir grandes alimentos por la noche es uno de los principales factores que contribuyen al desarrollo de cálculos biliares en el hígado. El comer antes de acostarse también altera las funciones digestivas, por razones similares. Idealmente, debe haber por lo menos tres horas entre la última comida y la hora de acostarse. El horario ideal para cenar es las 6PM.

Otras Comidas y Bebidas

Los huevos, el puerco, la comida grasosa, la cebolla, las aves, la leche pasteurizada, el helado, el café, el chocolate, los cítricos, el maíz, los frijoles (excepto la soya) y las nueces, en ese orden, son conocidos como la fuente de ataques a la vesícula en pacientes que padecen enfermedades de la vesícula. En un estudio realizado en 1968, un grupo de pacientes con enfermedades de la vesícula no presentaron síntomas mientras permanecieron en un régimen que excluía todas las comidas mencionadas anteriormente. El agregar huevo a la dieta produjo ataques de la vesícula en el 93% de los pacientes. La proteína del huevo, particularmente, puede tener un efecto productor de cálculos biliares. Los investigadores creen que la ingesta de sustancias que causan alergias hace que los conductos biliares se inflamen, lo cual, a su vez, detiene el flujo de bilis desde la vesícula.

Sin embargo, esta suposición es cierta sólo parcialmente. Desde el punto de vista de la Ayurveda, la formación de cálculos biliares es un desorden Pitta, que afecta principalmente a las personas con un tipo de cuerpo Pitta. Pitta literalmente significa bilis en sánscrito. La bilis se secreta en grandes cantidades de manera natural en las personas con este tipo de cuerpo, pero también se ve afectada muy fácilmente, es decir, sus partes pierden el equilibrio, cuando alguna de las comidas mencionadas anteriormente es ingerida en grandes cantidades, o de manera regular. Esto no significa que las personas Pitta sean naturalmente propensos a las enfermedades de la vesícula; sino que estos individuos no están diseñados para digerir estas comidas porque no las necesitan para su crecimiento y alimentación. Se sabe que las personas con un tipo de cuerpo Pitta solamente tienen cantidades específicas de enzimas para procesar ciertas comidas y bebidas, siendo las más importantes: productos lácteos agrios, incluyendo el queso, el yogur y la crema agria; las yemas de huevo; la mantequilla salada; todas las nueces salvo las almendras, las pacanas y las nueces de nogal; las especies picantes, así como el catsup, la mostaza, los pepinillos, la sal refinada o procesada; los aderezos de ensalada que contengan vinagre; los condimentos picantes (salsas); los cítricos y sus jugos; las frutasamargas o sin madurar; el azúcar morena; los granos enteros (sin moler),como aquéllos que se encuentran en los panes de trigo entero; el arrozmoreno; las lentejas; el alcohol; el tabaco; el café y té regular; los refrescos de cola y de sabores; los edulcorantes artificiales, conservadores y colorantes; la mayoría de las drogas farmacéuticas y narcóticos; el chocolate y el cacao; las comidas de microondas, congeladas y de otros días; todas las bebidas heladas.

A pesar de que las personas con un cuerpo tipo Pitta tienen una mayor predisposición a desarrollar cálculos biliares, otras personas con otros tipos de cuerpo también se enfrentan el riesgo si ingieren comidas que vayan en contra de los requerimientos de su constitución natural.7 Además, las comidas y bebidas procesadas y conservadas alteran las funciones hepáticas en todos los tipos de cuerpo. Las comidas contienen edulcorantes artificiales, como aspartame o sacarina, alteran seriamente al hígado, la vesícula y el páncreas. El consumir alcohol de manera regular tiene un efecto deshidratante en la bilis y la sangre, y causa depósitos grasos en el hígado; lo mismo para las comidas que contienen grandes cantidades de azúcar. También se incluyen las bebidas carbonatadas y los jugos de frutas cargados con azúcar. El incremento en el consumo de azúcar en los niños puede explicar por qué un alto porcentaje de jóvenes hoy día han acumulado grandes cantidades de cálculos biliares en el en la vesícula en edades tempranas. (Yo personalmente conozco a muchos niños enfermos, quienes al llevar a cabo la limpieza hepática han arrojado cientos de cálculos biliares.) Los niños rara vez producen cálculos biliares si consumen una dieta balanceada y vegetariana, que sea rica en frutas, vegetales y carbohidratos complejos.

Deshidratación

Hoy día mucha gente sufre de deshidratación sin saberlo. La deshidratación es una condición en la cual las células del cuerpo no reciben la suficiente agua para sus procesos metabólicos básicos. Las células se pueden secar por numerosas razones:

    • La falta de consumo de agua (cualquier cantidad menor a 1 litro deagua pura diaria)
    • el consumo regular de bebidas que tienen efectos diuréticos, por ejemplo, café, té, refrescos de cola y de sabor, alcohol, incluyendo cerveza y vino.
    • El consumo regular de comidas o sustancias estimulantes como la carne, especias, chocolate, azúcar, tabaco, narcóticos, etc.
    • Estrés
    • La mayoría de las drogas farmacológicas
    • El ejercicio excesivo
    • El comer en exceso y el sobrepeso.
    • Ver televisión durante muchas horas en el día.

Cualquiera de estos factores tiene un efecto engrosador en la sangre y, por lo tanto, obliga a las células a ceder agua. El agua celular se utiliza para restaurar la delgadez de la sangre. Sin embargo, para evitar la autodestrucción, las células comienzan a retener agua. Esto lo hacen incrementando el grosor de sus membranas. El colesterol, que es una sustancia parecida a la arcilla, ayuda las células rodeándolas y previniendo la pérdida de agua celular. Aún cuando esta medida de emergencia puede lograr que las células conserven agua y que las células se salve en el tiempo inmediato, también reduce la habilidad celular para absorber nueva agua, así como nutrientes que necesita. Parte del agua y los nutrientes no absorbidos se acumulan en los tejidos conectivos que rodean las células, causando la hinchazón del cuerpo y la retención de agua en las piernas, los riñones, la cara, los ojos, los brazos y otras partes. Esto resulta en sobrepeso. Al mismo tiempo, el plasma sanguíneo y los fluidos linfáticos se congestionan y engruesan. La deshidratación también afecta la fluidez natural de la bilis, promoviendo la formación de cálculos biliares.

El té, el café, los refrescos de cola y el chocolate comparten la misma toxina nerviosa (estimulante), la cafeína. La cafeína, la cual penetra rápidamente el torrente sanguíneo, dispara una poderosa respuesta inmunológica que ayuda en el contraataque y eliminación de este irritante. Este irritante tóxico estimula las glándulas adrenales, y hasta cierto punto, muchas de las células del cuerpo, para que liberen las hormonas de estrés adrenalina y cortisol en el torrente sanguíneo. El resultante incremento en la energía es también conocido comúnmente como una “respuesta pelear o escapar”. Sin embargo, si el consumo de estimulantes continúa regularmente, esta respuesta natural de defensa del cuerpo se vuelve poco efectiva y sobre utilizada. La prácticamente constante secreción de hormonas del estrés, las cuales son compuestos altamente tóxicos en sí mismos, eventualmente altera la química de la sangre y causan daños al sistema inmunológico y nervioso. Se debilitan las futuras respuestas de las defensas y el cuerpo tiende a desarrollar más infecciones y otras enfermedades.

El incremento en energía experimentado después de tomar una taza de café no es un resultado directo de la cafeína, sino del intento del sistema inmunológico de eliminarla (la cafeína). Un sistema inmunológico sobrexcitado e inhibido falla en el suministro de la “energizante” adrenalina y cortisol necesaria para liberar cuerpo de la ácida toxina nerviosa conocida como cafeína. En esta etapa, la gente dice que está “acostumbrada” a un estimulante, como el café. Así que tienden a incrementar su ingesta para sentir los “beneficios”. La tan escuchada frase de “me muero por una taza de café” refleja el peligro de esta situación.

Dado que las células del cuerpo tienen que sacrificar continuamente parte de su agua para remover la toxina nerviosa cafeína, el consumo regular de café, té y refrescos de cola provoca que se deshidraten. Por cada taza de té o café que usted bebe, el cuerpo tiene que utilizar de 2-3 tasas de agua solamente para remover los estimulantes, un lujo que no se puede dar. Esto también se aplica a los refrescos, las drogas y otros estimulantes, incluyendo el ver la televisión por muchas horas (vea más sobre este tema en la sección de estilo de vida). Como regla general, todos los estimulantes tienen un fuerte efecto deshidratador en la bilis, la sangre y los jugos digestivos.

Pérdida Rápida de Peso

Las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo para desarrollar cálculos biliares que las personas con un peso promedio. Es un hecho indiscutible que el perder peso trae consigo importantes beneficios a la salud. Mucha gente, por ejemplo, puede normalizar su presión sanguínea, el azúcar en la sangre y el colesterol simplemente bajando de peso. Sin embargo, el bajar rápidamente de peso con dietas y programas que aconsejan una baja ingesta de calorías al día incrementa el riesgo de formación de cálculos biliares, tanto en el hígado como la vesícula. Algunas dietas bajas en calorías puede no contener la suficiente grasa para permitir que la vesícula obtenga la cantidad suficiente para vaciar su bilis. Una comida o tentempié que contenga aproximadamente 10 gramos (un tercio de onza) de grasa es necesaria para que la vesícula funcione normalmente. Si esto no sucede, la vesícula retiene la bilis, resultando en la formación de piedras. La obesidad es asociada con el incremento en la secreción de colesterol en los conductos biliares, lo que aumenta el riesgo de desarrollar piedras de colesterol. Cuando personas obesas atraviesan por programas de pérdida de peso rápido o sustancial siguiendo una dieta desequilibrada, el cuerpo congestionado y desnutrido busca utilizar los nutrientes y las grasas de sus depósitos de reserva. Esto rápidamente eleva el nivel de grasa en la sangre e incrementa el riesgo de formación de cálculos biliares. La repentina formación de cálculos biliares en las personas después de un programa de pérdida rápida de peso, parece ser el resultado del incremento en el colesterol y el decremento de las sales biliares en la bilis.

Los cálculos biliares también son comunes en aquellos pacientes que pierden mucho peso después de una cirugía de derivación gástrica. (En la cirugía de derivación gástrica, se reduce el tamaño del estómago, para evitar que la persona coma en exceso.) Un estudio encontró que más de una tercera parte (38%) de los pacientes que se sometieron a esta cirugía desarrollaron cálculos biliares en una etapa posterior. Los cálculos biliares suelen aparecer en los primeros meses después de la cirugía. Los resultados de las investigaciones, sin embargo, se refieren únicamente a cálculos biliares en la vesícula. El daño hecho al hígado con este procedimiento es probablemente mucho mayor que la simple producción de cálculos biliares en la vesícula.

Si la rápida o sustancial pérdida de peso incrementa el riesgo para desarrollar cálculos biliares, es obvio que este riesgo se reducirá con una pérdida de peso gradual. De hecho, este problema se resuelve cuando los depósitos de desperdicios tóxicos son removidos del cuerpo, incluyendo los cálculos biliares, y se establece una dieta apropiada y un estilo de vida balanceado.8 En estos casos, la pérdida de peso no incrementa el riesgo de enfermedades de la vesícula, sino que lo reduce. Al eliminar todas las piedras de su hígado y vesícula, una persona obesa puede mejorar dramáticamente sus funciones digestivas y obtener energía antes que desperdicios. Este enfoque elimina los efectos secundarios dañinos que pueden asociarse con la rápida pérdida de peso.

Drogas Farmacológicas

Terapia de Reemplazo de Hormonas y Pastillas Anticonceptivas.

El riesgo para desarrollar cálculos biliares es cuatro veces mayor en las mujeres que en los hombres. Es especialmente mayor en aquellas mujeres que han utilizado o usan pastillas anticonceptivas y reemplazos hormonales. De acuerdo a investigaciones médicas, los contraceptivos orales y otros estrógenos duplican la probabilidad de desarrollo de cálculos biliares en la mujer. El estrógeno, la hormona femenina contenida en las píldoras anticonceptivas y los reemplazos hormonales incrementan el colesterol biliar mientras las contracciones de la vesícula disminuyen. Por lo tanto, este efecto estrógeno pudiera ser no sólo el responsable de causar cálculos biliares en el hígado y la vesícula, sino de muchas otras enfermedades que surgen a partir de la disminución de las funciones del hígado y la vesícula. Las investigaciones médicas también implicaron alprogestrógeno contenido en los medicamentos utilizados en la TRH en el desarrollo de cálculos biliares.

Las mujeres que atraviesan por la menopausia pueden encontrar alivio a los síntomas a través de una serie de limpiezas hepáticas. Una mejora en el desempeño hepático y un incremento en la producción de bilis, particularmente, puede prevenir y revertir la osteoporosis y otros problemas de los huesos/articulaciones junto con una dieta y un estilo de vida balanceados.

Otras Drogas Farmacológicas

Los medicamentos prescritos a personas con el propósito de disminuir la grasa del cuerpo (lípidos), que incluyen clofibrato (Atromid-S) o drogas similares para bajar el colesterol, realmente incrementa las concentraciones de colesterol en la bilis y, por lo tanto, resultan en el incremento del riesgo en la producción de cálculos biliares. Estos medicamentos disminuyen las grasas en la sangre, justo lo que están diseñados para lograr. Esto, sin embargo, causa que las células del hígadosupongan que el cuerpo se está quedando sin grasas; y por lo tanto, producen más colesterol el cual es secretado hacia los conductos biliares. La composición desequilibrada de la bilis (colesterol excesivo) puede causar cálculos biliares, en ambos el hígado y la vesícula. El octretide, una de las nuevas generaciones de drogas “estatinas”, previene que la vesícula se vacíe después de una comida grasosa, manteniendo suficiente bilis como para crear piedras. Los peligros involucrados en tales tipos de intervenciones médicas son obvios; ciertamente son más serios que el

elevar el nivel de grasa en la sangre (contrario a la creencia popular, no hay evidencia científica a la fecha que demuestre que las enfermedades cardíacas son causadas por el alto contenido de grasa en la sangre).

Según diversos estudios publicados en diversos boletines médicos, como el Lancet (en Inglaterra), hay ciertos antibióticos que también causan cálculos biliares. Uno de estos es la ceftriaxona, la cual se usa para tratar infecciones del tracto respiratorio inferior, infecciones de la piel y del tracto urinario, enfermedades inflamatorias de la pelvis, infecciones de los huesos y articulaciones, y la meningitis.

De manera similar, los medicamentos anti-rechazo administrados a pacientes de transplantes de riñones y del corazón también incrementan la probabilidad en la creación de cálculos biliares. Las tiazidas, que son píldoras solubles en agua para controlar la alta presión, pueden provocar mayores enfermedades en la vesícula en aquellos pacientes con cálculos biliares. También, los niños que tomanfurosemida tienen mayores probabilidades de desarrollar cálculos biliares, según investigaciones publicadas en el Journal of Perinatology. Y las prostaglandinasno tienen una menor cantidad de efectos secundarios.

Todos los medicamentos y drogas son tóxicos por naturaleza y requieren desintoxicación por parte del hígado. Aún así, las funciones inhibidas del hígado permiten que muchos de estos químicos venenosos entren en la bilis. Esto altera el equilibrio natural de sus componentes y resulta en el desarrollo de cálculos biliares en el hígado y la vesícula. Es importante mencionar que los resultados en el apartado anterior se refieren a los cálculos biliares en la vesícula y no revelan la severidad del daño que estos medicamentos causan al hígado en sí mismo. Si las drogas farmacológicas pueden generar algunos cálculos biliares en la vesícula, se puede suponer que producen cientos, sino miles de ellos, en los conductos biliares del hígado. Una y otra vez, yo personalmente, he observado que personas que han tomado medicamentos en el pasado, tienen considerablemente más cálculos biliares que aquéllos que no tomaron alguno. El tratamiento sintomático siempre llega con un precio que pagar; esto es, la inhibición de las funciones básicas del hígado. Es más fácil y más benéfico para el cuerpo el remover todos los cálculos biliares, restaurar los valores sanguíneos normales y mejorar la digestión y remoción de desperdicios, que es suprimir los síntomas de cualquier enfermedad. Los síntomas no son la enfermedad, sólo indican que el cuerpo está tratando de salvarse y protegerse. Son la señal de que el cuerpo necesita atención, ayuda y cuidados.

Estrés Emocional

Un estilo de vida estresante puede alterar la flora natural (población bacteriana) de la bilis, causando la formación de cálculos biliares en el hígado. Una de los principales factores causantes de estrés en la vida es el no tener es suficiente tiempo para uno mismo. Si usted no se da suficiente tiempo para usted mismo, se comenzará a sentir presionado. La presión continua causando frustración, y la frustración eventualmente se convierte en ira. La ira es un indicador serio de estrés. La ira tiene un efecto agotador en el cuerpo y puede ser medido por las cantidades de adrenalina y noradrenalina secretadas hacia el torrente sanguíneo por las glándulas adrenales. En situaciones de estrés o excitación, estas hormonas incrementan el ritmo de fuerza de los latidos cardíacos, elevan la presión arterial y constriñen los conductos sanguíneos en las glándulas excretoras del sistema digestivo. Además, restringen el flujo de jugos digestivos, incluyendo los jugos gástricos y la bilis, retrasa el movimiento y la absorción de comida, inhiben la eliminación de la orina y las heces fecales. Cuando la comida no fue digerida correctamente, se previene que grandes cantidades de desecho salgan del cuerpo través de los órganos excretores, todas las partes del cuerpo se ven afectadas, incluyendo el hígado y la vesícula. Esta congestión, resultante de la respuesta al estrés, da origen a gran incomodidad a nivel celular y se siente como una alteración emocional. El estrés crónico, o mejor dicho, la inhabilidad para manejar el estrés, surge como responsable del 85-95% de todas las enfermedades. A esto se le llama comúnmente enfermedades sicosomáticas. Las obstrucciones resultantes del estrés, no sólo requieren una profunda limpieza física, como la del hígado, el colon y los riñones, sino también un nuevo enfoque que detone el relajamiento.una profunda limpieza física, como la del hígado, el colon y los riñones, sino también un nuevo enfoque que detone el relajamiento.

Durante el relajamiento, el cuerpo, la mente y las emociones operan de tal manera que apoyan y aumentan las funciones del cuerpo. Los vasos sanguíneos constreñidos nuevamente se expanden, los jugos digestivos fluyen nuevamente, las hormonas se equilibran y los desechos son fácilmente eliminados. Por lo tanto, el mejor antídoto para el estrés y sus efectos dañinos son los métodos de relajación, como la meditación, yoga, salir a la naturaleza, jugar con niños o mascotas, tocar algún instrumento o escuchar música, etc. Para soportar el ritmo de la vida moderna y darle al sistema nervioso tiempo suficiente para relajarse y liberar cualquier tensión acumulada, es muy importante el pasar por lo menos una hora del día sólo, preferentemente en silencio.

Si usted ha tenido periodos de mucho estrés en su vida, como actualmente tiene dificultades para calmarse y relajarse, la limpieza hepática le beneficiará. El tener cálculos biliares en el hígado es, en sí mismo, una las principales causas de las respuestas constantes al estrés en el cuerpo. Al eliminar estas piedras, usted se sentirá tranquilo y relajado de manera natural. Puede también descubrir que ya con un hígado limpio, sentirá menos ira o incomodidad sobre ciertas situaciones, otras personas o usted mismo, independientemente de las circunstancias

No hay comentarios:

Publicar un comentario